SERENIDAD Y LIBERACIÓN.

La renuncia no es dejar una opción
sino deshacerse de una carga.

Margarita Riviére.


Se cuenta que cuando el rey de un país vecino anunció su proposito de visitar el monasterio todos empezaron a exteriorizar su nerviosismo.Sólo el maestro continuó tranquilo.
Una vez conducido el rey a la precencia del Maestro, le hizo una profunda reverencia y le dijo:
-He oído decir que has conseguido la serenidad perfecta, la prefección mística, y quisiera saber cuál es la esencia del misticismo.
-¿Por qué?-preguntó el Maestro.
-Deseo saberlo porque quiero poder controlar mi ser y el de mis súbditos para conducir mi pueblo a la armonia.
-Esta bien-dijo el Maestro-,pero debo advertirte que, cuando hayas avanzado en tú investigación descubrirás que esta armonía que buscas no se consigue a base de control sino de desprendimiento.
La armonía y la serenidad no son nunca el fruto del control ni del dominio, sino el resultado del encuentro con uno mismo, con los demás y del respeto y la valoración de la vida de todos los seres vivos.Así pues, para conseguir armonía debemos desarrollar un paisaje donde nosotros seamos observadores privilegiados,donde aprendamos a escucharnos en silencio y a encontrarnos en nuestras preguntas, en nuetras respuestas y en nuestras acciones.